El recorte de los hidratos de carbono reduce el riesgo de desarrollar diabetes.
Muchas personas que hacen dieta reduciendo su ingesta de alimentos favoritos, como el pan, pasta y arroz en el período previo a un día de fiesta o un evento grande como una forma rápida de bajar algunos kilos de más, restringen aún más la ingesta de hidratos de carbono en un día a día, prefiriendo guardarlos para nuestros días traviesos.
Y ahora una nueva investigación ha demostrado que además de ayudarnos a perder peso, optar por comidas bajas en carbohidratos reduce el riesgo de diabetes en un 30 por ciento.
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Un equipo de expertos de la Universidad de Michigan, dirigido por la profesora Katarina Borer, reclutó a mujeres metabólicamente sanas después de la menopausia, que se dividieron en cuatro grupos.
Dos grupos recibieron comidas bajas en carbohidratos de 30 por ciento de hidratos de carbono, solicitando a uno de estos grupos a que practicaran el ejercicio moderado antes de comer.
Los otros dos grupos ingerían un festín de comidas altas en carbohidratos de 60 por ciento. A un grupo se le dijo de que debía de igual forma realizar ejercicio antes de comer.
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Los grupos con dietas bajas en carbohidratos tenían una reducción de la resistencia a la insulina después de su tercera comida por la noche.
La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite al cuerpo usar el azúcar (glucosa) de los carbohidratos en los alimentos que usted come para obtener energía o para almacenar la glucosa para su uso futuro.
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La Resistencia a la insulina significa que la insulina es menos eficaz y conduce al páncreas a producir más para ayudar. Con el tiempo esto conduce a la diabetes.
«Lo que es notable acerca de nuestros hallazgos es que muestran que una simple modificación de la dieta como reducir el contenido de carbohidratos en las comidas puede, dentro de un día, proteger contra el desarrollo de la resistencia a la insulina y bloquear el camino hacia el desarrollo de la pre-diabetes«, dijo el profesor Borer.
“Aún más sorprendente y asombroso es que el ejercicio antes de las comidas volvía a los sujetos más intolerantes a los carbohidratos, es decir, aumentó los niveles de azúcar en la sangre de la tarde«, añadió.
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