Los inhibidores de SGLT2 incluyen medicamentos recetados, como canaglifozina, dapaglifozina y empagliflozina. Las marcas de fábrica son Invokana, Invokamet, Farxiga, Xigduo XR, Jardiance y Glyxambi.
Los inhibidores de SGLT2
Estos medicamentos estuvieron disponibles por primera en 2013, pero en 2015, la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos emitió una advertencia sobre un aumento del riesgo de cetoacidosis diabética cuando se utilizan inhibidores de SGLT2.
La condición se produce normalmente en personas con diabetes tipo 1.
Y si bien es poco común en personas con diabetes tipo 2, los informes de casos han demostrado que puede ocurrir con la enfermedad de tipo 2, según los autores del estudio.
La cetoacidosis puede causar vómitos, dolor abdominal, dificultad para respirar e hinchazón en el cerebro. Si no se trata, la enfermedad puede ser fatal, dijeron los investigadores.
Leer más sobre: ¿Qué es la Cetoacidosis diabética?
El estudio «confirma esencialmente lo que los médicos ya habían sospechado«, dijo el experto en diabetes, el Dr. Stanislaw Klek, endocrinólogo del Hospital Winthrop en Mineola, en la Universidad de Nueva York.
«Afortunadamente, la tasa de la cetoacidosis diabética es aún muy baja y no debe evitar el uso de esta clase de medicamentos», añadió.
«Es importante ser consciente de esta complicación potencial y controlar los síntomas de la cetoacidosis diabética, en particular durante los períodos de enfermedad”.
En el estudio, los investigadores del Hospital Brigham y de Mujeres de Boston analizaron los datos de 40,000 personas con diabetes tipo 2.
Resultados del estudio
Encontraron que aquellos que tomaban inhibidores de SGLT2 eran dos veces más propensos a desarrollar cetoacidosis diabética que los que tomaron otra clase de medicamentos llamados inhibidores de la DPP-4 para la diabetes (medicamentos como Januvia y Onglyza).
Aun así, el riesgo para cualquier paciente sigue siendo muy poco, los investigadores destacaron.
Se estima que entre los pacientes que toman un inhibidor de SGLT2, sólo 1 de cada 1,000 pacientes desarrollarían cetoacidosis.
Los hallazgos fueron publicados 8 de junio de este año en el New England Journal of Medicine.
Cetoacidosis diabética
A pesar de que la cetoacidosis diabética es poco frecuente, los médicos deben vigilar estrechamente a los pacientes con diabetes tipo 2 para detectar signos y síntomas de la complicación, dijo el autor del estudio, el Dr. Michael Fralick.
«Este es un efecto secundario que generalmente se observa en pacientes con diabetes mellitus tipo 1, no de tipo 2, por lo que los médicos no suelen estar a la expectativa de ello”, dijo Fralick en un comunicado de prensa del hospital.
«Eso significa que el riesgo de este efecto secundario en realidad podría ser incluso superior a lo que encontramos debido a un mal diagnóstico/sub-registro”.
El Dr. Sood Minisha es un endocrinólogo del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York. En la revisión de los hallazgos, explicó que los inhibidores de SGLT2.
«Han sido una adición bienvenida al arsenal de la glucosa [azúcar en la sangre], como medicamento para bajar los niveles. Ellos bajan la glucosa en la sangre mediante el aumento de la cantidad de la glucosa eliminada por la orina”.
Pero las drogas pueden interferir con los niveles de una hormona en particular, el glucagón, que a su vez conduce a un aumento poco saludable de ácidos llamados cetonas. «Cuando los ácidos cetónicos se acumulan en el sistema, esto puede conducir a la cetoacidosis diabética«, explicó Sood.
Alerta sobre la cetoacidosis diabética
Se acordó que los pacientes y los médicos deben estar alerta ante el riesgo raro pero potencial para la cetoacidosis diabética, especialmente en las primeras semanas después de que una persona comienza a tomar un inhibidor SLGT2.
Pero Sood cree que los hallazgos del estudio no son motivo de pacientes para cambiar de inmediato a otra forma de medicamento para la diabetes.
«Los inhibidores SLGT2 trabajan muy bien para controlar la diabetes y tienen la ventaja añadida de reducir la presión arterial y el peso, así que los beneficios definitivamente superan los riesgos de la terapia«, dijo.
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