Más de 40.000 niños estadounidenses reciben tratamiento para varios tipos de cáncer cada año. Pero incluso después de la recuperación, algunos sobrevivientes de cáncer infantil pueden tener que permanecer vigilantes sobre su salud.
Las personas que se someten a tratamientos para el cáncer, como los niños, están en un riesgo mayor de desarrollar diabetes u otros trastornos relacionados con las hormonas más tarde en la vida que por ejemplo sus hermanos sanos, según un estudio reciente.
Desde hace más de una década, los expertos en salud han sospechado que los adultos que sobreviven al cáncer infantil corren un mayor riesgo de diversos trastornos endocrinos o condiciones hormonales.
El nuevo estudio, incluye el mayor grupo de participantes hasta la fecha, detalles de las conexiones entre el tipo de tratamiento recibido como niño y el riesgo de condiciones hormonales específicos más adelante en la vida.
Un desequilibrio en las hormonas puede, por ejemplo, jugar un papel en varios desórdenes tiroideos, la diabetes y la obesidad.
En el nuevo estudio, los investigadores encontraron que los ex pacientes con cáncer que recibieron tratamiento con radiación en el cerebro cuando eran niños eran más propensos que sus hermanos sanos en convertirse en adultos obesos.
Y los pacientes que recibieron tratamiento de radiación en la región del estómago siendo niños tenían una mayor probabilidad de desarrollar diabetes en la edad adulta.
Los oncólogos consideran estas áreas de tratamiento ser de alto riesgo. Pero incluso los supervivientes que se sometieron a tratamientos de menor riesgo cuando eran niños eran más propensos que sus hermanos sin cáncer a sufrir de un trastorno endocrino.
«Un mensaje final importante del estudio es que incluso los supervivientes sin exposición a terapias contra el cáncer de alto riesgo demostraron significativos efectos tardíos en las anormalidades endocrinas comunes, tales como trastornos de la tiroides, la obesidad y la diabetes mellitus en comparación con sus hermanos«, dice Sogol Mostoufi-Moab, coautor del estudio y oncóloga pediátrica del hospital de Niños de Filadelfia.
Para el nuevo estudio, los investigadores se centraron en 14,290 sobrevivientes de cáncer que habían recibido su diagnóstico de cáncer antes de los 21 años y que fueron tratados en diferentes centros médicos en los Estados Unidos y Canadá entre 1970 y 1986.
Cada uno de los participantes habían estado libres de cáncer durante al menos cinco años. Luego llenaron encuestas sobre su historia médica, historia familiar. Las encuestas se llenaron inicialmente a cabo entre 1994 y 1999. Los investigadores realizaron un seguimiento con más estudios en el 2000, el 2003 y el 2007.
Los resultados, que fueron publicados en el Journal of Clinical Oncology, el 20 de septiembre, mostró que el 44 por ciento de los supervivientes tenían al menos una condición relacionada con la hormona, el 16.7 por ciento tenía dos, y el 6.6 por ciento tenía tres o más.
La edad jugó un factor también. Los investigadores encontraron cuando los supervivientes del cáncer envejecían, eran más propensos a desarrollar trastornos de la tiroides. Esta tendencia se presentó independientemente de si el tratamiento fue de alto o bajo riesgo.
Mostoufi-Moab espera que el estudio sensibilice a los médicos de atención primaria para adultos sobre la importancia de la detección endocrina continua de los pacientes que han sobrevivido al cáncer en la infancia. Las investigaciones futuras deberían investigar formas de controlar estas condiciones desde el principio, dice ella.
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