Con el avance en nuestra comprensión de la diabetes, la atención se ha desplazado a la prevención de la diabetes, junto con su control. Las intervenciones que pueden revertir la intolerancia a la glucosa temprano en el curso de la enfermedad pueden ser la clave para la prevención primaria de las complicaciones a largo plazo de la diabetes.
El primer paso para la prevención de la diabetes sería la identificación de los pacientes que se encuentran en mayor riesgo de tener la enfermedad en el futuro.
Las personas de cualquier edad que tienen sobrepeso y obesidad (IMC mayor a 25 kg) de al menos un factor de riesgo (grupo étnico de alto riesgo, de primer grado con diabetes, antecedentes personales de diabetes gestacional) deben ser incluidos.
Estos pacientes deben ser evaluados cada 3 años. La detección de rutina también debe iniciarse para el resto de los pacientes a la edad de 45 años.
La población en riesgo está determinada por una glucosa en ayunas deteriorada o alteración de la prueba de tolerancia a la glucosa.
Recientemente, recomendaciones para la práctica clínica de la ADA también han incluido el uso de la medición de la HbA1c como herramienta de cribado, con niveles entre 5.7% y 6.4% definiendo las personas con mayor riesgo de padecer diabetes.
Las intervenciones de estilo de vida son una de las piedras angulares en la gestión de la diabetes.
La actividad física regular y modificaciones en la dieta son parte de un estilo de vida saludable.
La intervención dietética debe centrarse en una mayor cantidad de verduras y la reducción del consumo de alcohol y azúcares refinados.
Llevar el mensaje a casa
Las estrategias para apoyar con éxito el cambio de comportamiento y conductas saludables recomendados para las personas con prediabetes son muy similares a los obtenidos en sujetos diabéticos.
Al igual que con los diabéticos, las personas que son obesas o tienen prediabetes deben ser educados acerca de la modificación del estilo de vida, ya que son la herramienta más eficaz en la prevención o el retraso de la aparición de la diabetes tipo 2.
Un objetivo de pérdida de peso modesta del 5 al 10% del peso corporal en personas con sobrepeso y obesidad puede reducir sustancialmente el riesgo de desarrollar diabetes aparición.
La actividad física de intensidad moderada también juega un papel importante en la reducción del riesgo de diabetes, incluso en ausencia de pérdida de peso.
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